lunes, 20 de junio de 2011

Emilia. Capítulo 6: La búsqueda

Emilia
Capítulo 6: La búsqueda
Patio, Kadick, Sceaux, Francia

Reflexioné sobre lo de anoche con Andy en pensamientos. Tenía muchas ganas de ir a buscar a la madre de Aelita para traerla de vuelta para acá. Y también teníamos que buscar a su padre.
Tal vez lo haría pero el problema era este: no teníamos medio de transporte para ir a ese, tenía que ser rápido. Si Andy fuera corpóreo se transformaría en hipogrifo y listo.
Me acordé de alguien que hace un montón que no lo veía: era Silver, mi dragón plateado.
Miré mi mano izquierda. Una forma de color plateado y azul se estaba dibujando.
Era la forma de un dragón. Tenía ganas de llamarlo, miré mi collar que tenía un dragón de plata. Era mi collar favorito. Antes era un collar muy simple pero desde que conocí a Silver se convirtió en su refugio.
Sabía con fuerza que él seguiría allí, dentro del dragón de plata.
Sonó la campana para ir a almorzar. Comí unos ricos ravioles y me fui rápido al bosque. Andy se convirtió en un lince. No me había dado cuenta de que Lucio y Pandora nos seguían.

Pequeño claro, bosque de Kadick, Sceaux, Francia

Llegamos al claro del otro día.
- ¿Qué haces aquí? – me preguntó Lucio sorprendido.
- Voy a llamar a alguien que no lo veo desde hace mucho tiempo – le respondí – Vine para acá para no llamar la atención en el colegio.
Cerré mis ojos con mucha fuerza y apreté mi mano izquierda muy fuertemente.
“Silver, salí” pensé
Ni respuesta.
“Silver salí ya que quiero verte” pensé muy fuerte. Andy me ayudó.
Nada.
Lloré muy fuerte pensando en él, que saliera, que haga alguna acrobacia nueva y espectacular que haya preparado.
Mi collar comenzó a brillar y vi surgir un aura celeste en forma de un remolino brillante casi transparente.
Algo grande salió del remolino volando, como en pleno vuelo y aterrizó cuando todo su cuerpo estaba fuera del collar. El collar se apagó.
Un gran dragón de dos metros estaba delante de nosotros.
Era un dragón macho plateado de bellos ojos entre azul y celeste. Bajó su cabeza para que lo acariciara.
- Hola Silver – le dije casi como un murmullo
- Hola Emi – Silver me contestó y dirigió su mirada a mi daimonion – Hola Andy, es un gusto volver a verte –
- A ti también amigo – le contestó Andy sonriendo chocando su pata delantera derecha con el hocico de Silver.
También podía hablarle a él en pensamientos pero como él era uno de los pocos dragones que podía hablar por su hocico, sabía que no era necesario. Solo lo usaba cuando él estaba muy lejos de nosotros. Yo sabía que Andy podía hacerlo, ya que me contó hace mucho de que estableció una conversación con él en pensamientos, a larga distancia.
Silver decidió cambiar de tamaño y lo hizo. Ahora era de mi altura.
Fuimos a clase rápido ya que terminó la hora del almuerzo. Silver se quedó con la pantera en el claro.
Pequeño claro, bosque de Kadick, Sceaux, Francia

Ahora estaba con esa rara pantera negra, era muy bella y vi en sus ojos, que eran de igual color que los míos, de que era muy inteligente.
- Esa amiga tuya me contó sobre ti – me dijo la pantera
- Ah ¿en serio? – le contesté con un tono algo infantil
- Si, me contó toda tu historia – me dijo la pantera – y por cierto mi nombre es Pandora –
- Ah como la mujer esa que abrió esa caja maldita, en una leyenda griega – le dije – debe ser por los secretos que tienes –
- Muy ingenioso y el tuyo es Silver ¿no? – me dijo Pandora
- Si, por ser un dragón plateado – le dije – Ah y si me haces enojar te puedo lanzar fuego azul. Nunca haría eso, era tan solo una broma –
Comencé a reírme a carcajadas y paré. Cambié de tamaño a la altura de ella. Siempre que lo hacía sentía un leve cosquilleo pero no le daba importancia, estaba acostumbrado.
Miré a donde estaría Emilia, mi jinete, quiero decir mi compañera, mi humana, y cerré mis ojos pensando en ella muy relajadamente.
Aula de clase, Kadick, Sceaux, Francia

Tenía unas grandes ganas de decirle a Aelita de que podemos ir a buscar a su mamá y también de decirle a Silver de que lo llamé para buscar a la madre de Aelita.
No sabía a quién decirle primero. Me concentré en la clase de historia. Pasaron 40 minutos. Y terminó la clase, esperé que pasaran las siguientes clases, que el tiempo fluyera rápido.
Terminó el tiempo de clases y me fui a mi habitación con Andy y Aelita. Cerré la puerta. Me llevé una gran sorpresa.
Silver estaba ahí, en el tamaño de un pequeño gatito. Parecía muy tierno verlo así. Estaba sorprendida ya que no me avisó de que iba a venir a mi cuarto. ¿Pero cómo habrá adivinado el cuarto?
Miré a Aelita y a Silver por un momento. No podía contenerme más.
- Ae, ¿quieres ir a buscar a tu mamá? – le pregunté. Nunca pensé que esto llegaría tan rápido.
- Si y es muy tierna tu mascota – me lo dijo agarrando a Silver y vi que Silver estaba moviendo su cola plateada muy felizmente.
Sabía que significaba su expresión: “Por fin voy a volar otra vez”.
- Bueno vamos a buscarla – le dije agarrando a Silver
Salimos de la habitación y del colegio directo al bosque.  Nadie nos vió. Fuimos corriendo a algún claro grande que había y llegamos.
Solté a Silver.
- Cerrá los ojos, Ae – le dije y ella cerró sus ojos de color esmeralda.
Silver cambió de tamaño, ahora medía como dos metros. Era perfecto para que lleve a 4 personas ya que podía soportar mucho peso.
Lucio y Pandora nos habían seguido. Aelita abrió los ojos y miró a Silver, se quedó muda.
Silver se acostó para que pudiéramos subir y me subí a él. Ayudé a Aelita a subir. Lucio y Pandora se subieron detrás de nosotros sin que nos diéramos cuenta.
- ¡Agárrense fuerte! – grité
Silver comenzó a levantar el vuelo. Sus alas plateadas brillaban a la luz de la luna. Voló en dirección al norte a gran velocidad.
Miré abajo y vi como cambiaba el paisaje.  Las grandes luces de las ciudades y vimos pasar a la torre Eiffel que tanto ansiaba ir. Llegó el turno de la pradera y vimos como las luces de pequeños poblados iluminaban el paisaje. Era todo muy bonito pero más bonito aún fue cuando habíamos pasamos por la torre. Ya era las 9: 00 de la noche todos nos quedamos dormidos.
Soñé que estaba en la nieve profunda con Aelita, Andy, Silver, Lucio y Pandora.
Había una casa de madera a nuestros ojos y entramos en ella. Vimos muchas fotografías de los padres de Aelita. Me había dado cuenta donde estábamos. Aquí era la zona donde raptaron a la madre de Aelita.
Inspeccionamos la casa. Todo pasó muy rápido y cuando salimos de vuelta, algo frío chocó en mi cara que rápidamente no lo sentí más.
Me desperté, ya habíamos aterrizado. Estábamos en la nieve. Hace un montón que no veía tanta nieve.
No sentí, Aelita se despertó por el frío. Fui a su encuentro para darle calor. Que tonta, nos olvidamos de los abrigos.
Fuimos caminando por la nieve, sentía que caminamos en círculos.
Oímos unos aullidos y vimos como una manada de lobos grises atravesaba el horizonte. Era hermoso ese espectáculo. Nunca había visto esto, en vivo y en directo.
Se terminó la carreritas de los lobos y avanzamos. Pasó una hora hasta que divisamos una arboleada de pinos, fuimos allí y al terminar de atravesarla. Nos llevamos una sorpresa.
Allí había una casa de madera, entonces me acordé era la casa del sueño. Y además me acordé de lo que me contó Aelita hace tiempo:
“Cuando era pequeña vivía en una casa de madera en medio de la nieve, tenía como 5 años, el mismo día de navidad, una camioneta negra se llevó a mi madre. Traté de llegar a ella pero no pude y lloré y se lo conté a papá”
Entramos en la casa, era toda de madera. Nada había sido afectado por los años parecía como si fuera ayer.
Aelita miró las fotos. Había una en la que estaban sus padres juntos abrazándose con la casa como fondo. Miré también la foto. Aelita aún no había nacido.
Había otra más en la que estaban los tres. Los padres y Aelita, con sus pequeños 5 años, sonreía inocentemente. Vi que Aelita sonrió a la foto muy tristemente. Extrañaba a su madre.
- No te preocupes, Ae, la vamos a encontrar – le dije para consolarla y ella me devolvió una inocente sonrisa.
Lucio volvió con Pandora, que estaba cubierta de abrigos.
Aelita y yo nos reímos por lo chistosa que parecía la escena olvidando de que Lucio y Pandora estaban con nosotras. Andy se rió a lo bajo.
- ¿Cómo nos siguieron? – preguntó Aelita a los dos al terminar de reírnos.
- Nos subimos al dragón – respondió Lucio agarrando los abrigos que cubrían a la pantera y mirando a Silver que estaba mirando desde una ventana  – queríamos ayudar a encontrar a tu mamá -
Vimos que Silver estaba del tamaño de un león meneando la cola como un perro juguetón. Me pareció muy tierno verlo.
Nos pusimos los abrigos y fuimos a la nieve, dirección al norte.
Andy se convirtió en armiño negro para contrastar con la nieve y se enredó a mi cuello. Silver me seguía siguiendo mi ritmo a mi izquierda. Aelita estaba en el centro y Lucio con Pandora a su derecha.
Vimos una luz a lo lejos, agudicé lo mejor que podía mis ojos, creo que era un pueblo.
Tal vez allí podamos buscar pistas para encontrar a la madre Aelita.
Continuará...

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domingo, 5 de junio de 2011

Emilia. Capítulo 5: La verdad

Emilia
Capítulo 5: La verdad
Kadick, Sceaux, Francia
Estreché mi mano a Lucio.
Andy lo miraba curioso preguntándose de que por qué lo vio cuando estaba poseído por XANA.
- ¿Vos me podes verme? – Andy lo dijo. Sentí que él no debería haberlo hecho cuándo estaba delante de Aelita a pesar que ella no lo viera ni lo escuchara ni nada.
Ahora sentí que no quería que cuando alguien que lo pudiera ver, otras personas que vean la escena piense que no está viendo nada.
Lucio miró mi mirada preocupada y no hizo nada como era de esperarse.
- Bueno, ¿de qué querías hablar? – le dije
RIIIIIIINNNNNGG RIIIIIIIINNNNNNG
Justo sonó el timbre. Entonces fuimos los tres a clases.
En todas las materias se sentó al lado de Jeremie, detrás de nosotras.
Llegó la hora del recreo. Estaba con mi grupo. Lucio vino a mi encuentro
- ¿Hablamos? – me dijo Lucio
- Yo conozco un lugar donde nadie nos podrá molestar – le dije
Lo agarré del brazo muy fuerte y salimos disparando como dos leopardos atados.
La Ermita, Sceaux, Francia
Llegamos a una casa abandonada: La Ermita
Entramos. Estaba muy abandonada y desgastada por los años y todo estaba revuelto.
Fuimos al piso de arriba y entramos al viejo cuarto de Aelita.
- Bueno te voy a hablar de esto – me dijo Lucio estaba tímido lo deduje por su mirada – pero antes te agradezco por salvarme la vida –
- No fue nada – le dije sonrojada
- Encima fue increíble, lo recuerdo todo – dijo el chico – siento que estamos equilibrados –
Me quedé sorprendida pero sentí que había alguien espiándonos. Sentía que era Aelita. Pero el ruido suave de una pisada retumbó mis oídos.
- Lucio ¡qué haces aquí! – dijo una voz. Era de una mujer - ¿Quién es ella? ¿Ella es cómo tú? ¿Es de los nuestros?
Miré a donde iba la voz. No había una mujer… sino una pantera negra hembra adulta de brillosos ojos azules. Yo me quedé boquiabierta por su increíble belleza.
- ¡Pandora! – gritó emocionado abrazando a la extraña pantera parlante
Andy se bajó de mi hombro transformándose en un rarísimo margay blanco y él comenzó a mirar a la pantera con ojos sorprendidos. Nosotros dos podíamos ver a la pantera sin problemas.
Pensamos que era la daimonion de Lucio o un guardián o algo más. ¿Qué será ella?
Vi justo la cabeza de Aelita asomarse por la habitación. Le hice un gesto para que se vaya.
Aelita se fue corriendo. Sentí alivio.
- ¿Podés verme? – preguntó Andy a la pantera
- Claro que te puedo ver, margay – le contestó muy seriamente
“Me parece que está nerviosa” me dijo Andy intercambiando pensamientos conmigo
“Tal vez será que estará pensando en algo importante ¿no?” le dije
“Supuesto que sí” me dijo mi daimonion
- No me hables así – dijo Andy a Pandora medio serio – ¡Y mi nombre es Andy!
- Tranquilo, pequeño daimonion –le dijo Pandora – vi cómo te transformaste, eres impresionante –
Fuimos yendo al bosque nos paramos en un claro de los chicos que había. Decidí contar mi historia, todo lo que me pasó. Desde que conocí a Andy hasta que conocí a Silver, mi dragón y mi habilidad de volar con alas de ángel. Si yo me olvidaba de algo Andy me ayudaba. Me llevó como dos horas.
- Interesante, nunca vi una historia así – me dijo Pandora – te voy a contar una leyenda –
“Cuatro niños llegarán a un planeta en distintos lugares aterrizarán. El fuego, el agua, el viento y la tierra, los cuatro elementos de la vida son lo que representan. Estos niños de otro mundo unas habilidades adquirirán y para la batalla se prepararán.
Uno de ellos adquirirá sus habilidades antes de lo previsto. Los otros seguirán su ritmo, casi al  mismo tiempo. Ese niño será el líder y tendrá algo especial, algo que ninguno de los otros tendrá hasta completar su misión principal.
En cuatro guerreros se convertirán para combatir a un monstruo: el monstruo error, el monstruo fallo, creado por accidente por los humanos, salió de su morada inmortal. Sólo el líder podrá combatir con él y el enemigo tratará hasta su último esfuerzo conseguir su premio, su tesoro, el mismísimo líder de los cuatro.”
Mi corazón latía rápidamente mientras escuchaba la leyenda. ¿Monstruo error? ¿Quién o qué será?
La única cosa en qué pensé era: MISSINGNO, el pokémon fallo. Sé qué es imposible pero al escuchar la palabra fallo me acordé de él, él es un error de los juegos de pokémon según leí en internet. Es medio tonto esto pero bueno.
Me volví en sí. Teníamos que volver al colegio porque si no Jim nos iba a cagarnos.
Pandora se escondió entre los arbustos. Fuimos rápido al colegio. Por suerte Jim no nos vió y nos escondimos en nuestras habitaciones.
Entré a la mía. Aelita estaba leyendo una revista. Al verme dejó de lado la revista y me miró.
- ¿Dónde estabas? – me preguntó Aelita.
“Estoy frita” pensé
- Ehh… estaba caminando con Lucio – le dije – y hablamos mucho y no nos dimos cuenta de la hora porque teníamos los celus apagados –
- Te vi en la casa abandonada – me dijo Aelita enojada – Escuché todo y te seguí –
“Parece que tengo que decirle toda la verdad”
Entonces le conté todo.
- Bueno… La Ermita antes era mi casa y vivía allí con mi padre, Franz Hopper hasta que unos hombres de negro allanaron la casa y nosotros escapamos a Lyoko. – Comenzó a contar Aelita – Llegamos ahí y XANA nos atacó y mi papá decidió apagar el superordenador. –
Y Aelita siguió contando su historia y al finalizar rompió en sollozos
- Extraño a mi madre que la raptaron cuando era pequeña – me dijo Aelita llorando
- No te preocupes tal vez algún día la podamos traerla de vuelta – le dije a Ae para consolarla
Aelita dejó de llorar y me abrazó
Fuimos a comer sin contar nada a los demás, hicimos la tarea y nos fuimos a dormir con las esperanzas de que algún día encontermos a la madre de Aelita.

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sábado, 4 de junio de 2011

Emilia. Capítulo 4: Poderes

Emilia.
Capítulo 4: Poderes
Kadic, Sceaux, Francia
Han pasado 4 días, ningún ataque de XANA, nada relevante. Todo estaba tranquilo en el Kadic. Estaba escuchando música en mi MP3 en mi habitación mi canción favorita “Me and you” de Emily Robins con Ae (Así comencé a llamar a Aelita). Entonces comenzó a sonar mi celular.
- ¿Quién es? – dije
- … -
- ¡Por favor me decís quién sos! – grité al celular
Sólo escuché un rugido y se cortó
Miré mi celular asustada. No era de nadie que yo conociera
- Emi, ¿Qué pasó? ¿Quién era? – me preguntó Aelita
- Ni idea, no me dijo nada… – le contesté asustada - solo escuché un rugido –
Fuimos a clase cuando escuchamos gritos que provenían del baño de varones
- ¡¡¡UUUUUUNNNNNN FANTAAAASSSSSSMAAAAAAA!!!!!!!! – gritaban todos asustados corriendo en toalla como unos tontos.
Todas las chicas miraban la escena con curiosidad y asombro
- Vamos a investigar, debe ser una broma de alguien –le dije a Aelita – alguien los está tomando el pelo –
Entramos no había nadie. Sentí por instinto algo. Miré al espejo. Había un mensaje que parecía hecho con garras:
AYUNDENME. SOCORRO NO PUEDO SALIR DE AQUÍ. POR FAVOR CÚRAME HERMANITA MÍA DE ESPECIE POR FAVOR. AYÚDAME
L.
Había otro mensaje pero hecho con dedos:
DIGANLE A MI HIJA QUE ESTOY VIVO. VOY A PODER ESTAR AQUÍ OTRA VEZ. ESTARÉ MUY FELIZ DE VERLA. POR FAVOR DIGANLE QUE LA QUIERO Y QUE MUY PRONTO NOS ENCONTRAREMOS.
F.H
NO SÉ POR QUÉ ESTARÉ HACIENDO ESTO PERO EL INSTINTO ME TRAJO AQUÍ. ME DA ALEGRÍA DE VERTE EMI.
CARIÑO
TERESA.
El último me pareció familiar, me dio miedo y angustia el primero; y misterio en el segundo y el tercero. El nombre TERESA me sonaba familiar.
Otra vez el instinto me guió mire por todos lados escuché un ruido del techo. Miré hacia arriba.
Había una niña pegada al techo sonriéndome. Estaba vestida de camisón blanco y estaba descalza. Sus ojos grandes, inocentes y negros relucían brillantemente sobre lacio pelo negro.
- Hola Emi, perdón por asustar a tus compañeros – me dijo la chica con una voz muy dulce, suave inocente y familiar – Seguro no te acordás de mí, soy Teresa.
Teresa bajo del techo flotando.
- ¿Vos escribiste los mensajes? – le pregunté
- Solo el último – me contestó – los otros aparecieron de la nada. Pero antes de que entraran los chicos vi salir a un lagarto gigante marrón llorando. Era muy raro y cuando llegué estaba escrito el segundo mensaje. –
- F.H son las siglas de mi padre – dijo Aelita – Franz Hopper –
Teresa la miró curiosa y sorprendida.
Nos fuimos corriendo y Teresa se volvió invisible para pasar desapercibida y sentí que se fue a otro lado.
Fuimos al patio. No pude creer la sorpresa que me llevé.
Había un chico algo flaco de pelo negro con peinado de Wolfrine, sus ojos eran de un color ocre brillante y de sus espaldas salían unas pinzas rojas e hilos que parecían mil brazos. El chico me miraba con furia y además de angustia.
Agudicé la vista. Estaba poseído. El símbolo de XANA se proyectaba en sus ojos.
Vinieron los demás. La laptop de Jeremie no paraba de hacer ruido de porque detectó una torre activada.
El chico ocultó sus pinzas e hilos pero antes que cayera al piso de sus espaldas salieron unas alas blancas de ángel.
- Ven a pelear con conmigo, chiquilla – me dijo el chico con una voz ronca y metálica pero no se sacaba la angustia que había en sus ojos – Muy pronto tendré el premio mayor.
El niño poseído se abalanzó sobre mí, salté antes que me tocara. E hice que salieran mis alas. Todo delante  de mis amigos, cosa que me dio algo de vergüenza
Andy se transformó en un águila y voló hacia mi lado. Una expresión brillaba en sus ojos cuando se dirigía al chico poseído.
- uy uy uy uy, ¡qué cosa de lo más interesante que puedo ver! – exclamó el chico dirigiéndose a...Andy   – pronto te tendré pichoncitos.
Él me comenzó a atacar con sus garras que dejó salir y nosotros lo esquivábamos.
Me llamó la atención de que él pudiera ver a Andy. Algo de instinto me vino a mi mente.
Miré sus puntos débiles. Mis ojos cambiaron de color: de ojos marrón avellaneda a ocre dorado como los de él. Iba a atacarle con mi arma mortal.
Volé alto muy encima de él, bajé en pícado hacia él. Abrí mi boca y unos colmillos crecieron. En un minuto estuve cerca del él. Impacté, escuche un ruido bajo y sordo.
El niño impactó al suelo, mire sus ojos, sentía que me decía esto: “Gracias por ayudarme hermanita”. Yo fui a su encuentro.
Hizo un grito ahogado: un espectro salió de él rechazándolo, abandonándolo para siempre.
Ya no tenía mis marcas, era como si nunca lo hubiera  mordido.
Lo abrasé y una luz comenzó a brillar entorno a nosotros y cubrió todo el lugar.
Volví a mi habitación. Hemos regresado al pasado.
Estaba escuchando música en mi MP3 en mi habitación mi canción favorita “Me and you” de Emily Robins con Aelita cuando alguien tocó la puerta. Era William con un chico, ya lo había visto antes.
- Mi nuevo compañero de cuarto quiere ver a una de las dos – nos dijo y después al chico - Una tal Emilia ¿no? –
Y entonces William se fue a su habitación. El chico entró.
- Si yo – dije – ¿Para qué quieres?
- Eh… quiero hablar un segundito contigo – me dijo dirigiéndose a mí – Por cierto nombre es Lucio Marlock, todo un gusto – estrechando su mano hacia mí y yo le di mi mano temblorosamente porque en realidad no lo conocía.