Primero sentir un dolor de cabeza raro que se concentraba en unos cuernos que supuestamente tenía y yo pensaba que era mi imaginación o eran cuernos de demonio.
Un día tuve una discusión con la pareja de mi kin Cass dónde a él le molestaba que usara la forma dragón de mi kin. Entonces mi novio y Cass se re enojaron con él quedando castigado.
Así que pensando en mis pensamientos, me imaginé que retaba a Cass en algo pero se coló en mi imaginación unos ojos azules.
Días después le pregunté a mi amiga Niebla si podía i a su casa ver que diferencia hay entre Cass y yo cuando tomamos la misma forma.
El día 30 de octubre fuí a su casa y ella detectó que mi forma dragón Cass era mas dos tonos oscuro que mi kin Cassandra, que tiene colores más vibrantes. Así que mis escamas eran color bordó y mis ojos ámbar tirando al marrón.
Pero a los pocos minutos empecé a verme a mi misma distorsionándome entre la forma Cass y otra forma nueva, completamente diferente: Una dragona blanca.
1 de noviembre muy a la noche, al rededor de las 1:30 am, llega el kin de mi novio a nuestra casa energética, ubicada en una playa cerca de Cancún, y nos dice algo muy importante: él logró con Liza ver a Agni en su forma original y esa era la razón de su ausencia.
Aprovecho a hablar con él sobre mi situación de estas visiones. Me hizo unas preguntas a mí pero no llegamos a terminar y me fui a dormir.
El 1 de fuí a su cueva energéticamente y él probó lo mismo conmigo.
Cerré los ojos y me pareció verme a mi misma como una dragona blanca suspendida en el espacio, en la misma posición de meditación en la que me encontraba yo, sentí la cola, vi la punta de mis alas delante mío... intenté de nuevo y lo mismo.
El kin de mi novio Agni me dijo que logró ver algo pero no pudo hacer mucho y entonces me quedé dormida en la cueva.
Al despertar vi una cama de paja hecha para mí y la dragona Liza estaba al lado mío.
Seguimos con las preguntas hasta que sentí algo físicamente: sentí que mis omóplatos físicos se separaron, Energéticamente empecé a sentirme diferente hasta no quedar rasgo humano en mí.
Miré mis manos: eran blancas; vi mi cola, de color blanco y con un mechón de pelo al final; dos cuernos blanco leche; y mis ojos, según el kin de mi novio, eran de un color ámbar anaranjado brillante.
Y así descubrí mi forma original que soy una dragona de verdad, una dragona blanca.
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