lunes, 15 de agosto de 2011

Blue Gold. Capítulo 1: El huevo, un nuevo amigo

Blue Gold.
Capítulo 1: El huevo, un nuevo amigo

 Granja, afueras de Londres, Inglaterra
Me levanté como todos los días, de buen humor gracias al grito del gallo.
Me preparé y me vestí y saludé a mis papás a mis cuatro hermanos mayores.
Salí por la puerta de atrás para ir al granero, donde estaban las gallinas empollando sus huevos.
Entré al granero, estaban todas dormidas.
Busqué la canasta que estaba en un rincón y comencé a mirar a las gallinas y fui sacando una por una cada huevo para la cena.
Ya había levantado 30 huevos de 10 gallinas. Fui a la onceava gallina.
Traté de sacar el huevo pero era algo pesado. La gallina se despertó y se fue corriendo asustada.
Miré al huevo: era muy grande para ser el de una gallina y distinto. Era de color blanco y con rayas en zigzag rojas rubí.
Decidí quedarme con el huevo ya que sentía que dentro de él habrá algún polluelo especial.
Agarré la canasta y fui a la cocina de la casa y dejé la canasta. Regresé al gallinero.
Entré, el huevo estaba roto. ¿Dónde estará el pollito?
Escuché un ruido entre la paja y una criatura salió. No era un pollito.
La criatura era amarilla y sus pequeños ojos de color azul zafiro. Me quedé impresionado.
Me acerqué al pequeño pero él retrocedió asustado.
- Oye, no tengas miedo – le dije suavemente para que no retrocediera – No te haré daño pequeñín –
Así mismo, la criatura se acercó ganando mi confianza y saltó hacia mí muy contento.
- Mi nombre es Edward, ¿y tú? – le pregunté mirando a la cosa
- ¡Jyarimon! – Me respondió muy contento la criatura amarilla – ¡Jyarichi! –
Me impresionó que la criatura hablara, Jyarimon era su nombre, pero yo quería ponerle otro. Tenía que esperar aún no estaba listo.
Lo agarré y me fui corriendo a mi casa. Subí a mi habitación y lo dejé en mi cama. Cerré la ventana para que no escapara y me fui corriendo a la cocina ansioso por comer.
Comimos arroz que tanto me encantaba y me fui a mi habitación.
Ahí me espera el pequeño Jyarimon que saltaba en mi cama, alegre de verme.
Comencé a cuidar al pequeño, por fin tengo un amigo con quién jugar. Una mascota.
Pasaron dos días. El pequeñín me despertó saltando sobre mí como siempre.
- ¡Jirachi! ¡Jyarichí! ¡Jyarichi! – gritó contento y se calló de la cama pero se levantó de un salto y me miró.
Me pregunté por qué dijo Jirachi que era un pokémon que en realidad mi amigo no lo era.
Mi amigo comenzó a brillar de color blanco. Como en pokémon pensé.
Vi cómo se transformaba: De su pequeña cabeza comenzó a salirle cuatro patas y a alargarse su cabeza dando lugar a un cuerpo estirado y una cola le creció. Su cabeza estaba pegada al cuerpo con un hocico pequeño y no tenía cuello. Sus orejas de murciélago quedaron igual.
El brillo terminó. Era de color amarillo y ojos azul zafiro y ahora tenía unas marcas debajo de sus ojos y la punta de su rechoncha cola eran de gris celeste.
Mi amigo saltó hacia mí moviendo la cola feliz.
- Bueno, es increíble, Jyarimon – le dije abrazándolo
- ¡Me llamo Gigimon! – me respondió moviendo su colita aún más
Me quedé sorprendido, así que Jyarimon era el nombre de su especie y ahora, Gigimon era el nombre de la especie en la que se ha convertido mi amigo.
Pero aún no tenía ganas de ponerle un nombre, aún estaba inseguro.
Kya, mi perra Golden retriever entró y ladró al ver a mi amigo.
Gigimon la imitó contento y sacudiendo su cola. Parece caerle bien.
Justo entró mi hermano William para sacar a Kya y Gigimon se escondió en el armario.
- ¡Kya, afuera! – Gritó sacando a la perra y me miró – ¿Que era ese ruido, Ed? –
- No fue nada – le respondí – Después te lo muestro –
Mi hermano se fue de mi cuarto. Vi que no tenía intención de saber que era.
Pasaron cinco días. Decidí sacar a Gigimon al jardín.
Comenzamos a correr contentos y jugamos en el granero. Nos embarramos en el lodo con los chanchos y asustamos a las gallinas hasta la caída de la tarde.
Fuimos a nuestra habitación, donde nos tiramos en mi cama y mi amigo saltó al piso.
Lo miré.
Comenzó a brillar de blanco otra vez pero esta vez acompañado de un aura roja como el fuego.
Su cuerpo comenzó a agrandarse y su cola a crecer. Le creció un cuello separando la cabeza del cuerpo.
Comenzaron a crecer las patas: las traseras se convirtieron en piernas con dos garras  muy grandes; y las delanteras se convirtieron en brazos con tres garras en cada mano.
Dejó de brillar. Era una especie de dragón amarillo con ojos azul zafiro y con rayas gris celeste como la especie anterior.
- Hola Edward, mi nombre es Guilmon – me respondió mi amigo
Me quedé impresionado otra vez, ahora me sentía tan confiado como para ponerle un nombre.
- Te llamare a partir de ahora Blue Gold – le dije y mi Guilmon asintió
Ahora mi Guilmon, llamado Blue Gold me sonrió.
Fui a comer. Saqué algunas manzanas a escondidas para mi amigo, que le encantaban.
Subí a mi habitación y le dejé las manzanas para que comiera. Blue Gold comió cautelosamente, tenía mucha hambre.
Fui a mi cama y mi amigo se durmió conmigo contento.

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