lunes, 15 de agosto de 2011

Blue Gold. Capítulo 2: Buscando identidad

Blue Gold.

Capítulo 2: Buscando identidad.

Casa de Edward, afueras de Londres, Inglaterra


Mi mamá decidió darme algunos cuentos sobre policiales de algunos escritores famosos como Edgar Allan Poe, Agatha Christie o Arthur Conan Doyle. 
Blue Gold lleno de curiosidad comenzó a leer esos libros y pedía más y más libros de policiales para leer. 
Pasó un mes y mi amigo se leyó 20 libros de policiales que pude encontrar y comprar para mi Guilmon. 
Yo me quedé embobado pensando en el futuro de mi amigo: ¿Si él pudiera ser detective? 
Era una buena idea y me acordé que desde mi prematura niñez a los 6 años le pedí a mamá que me comprara un disfraz tipo Sherlock Holmes para que jugara a ser detective. 
Mi mamá me llamó y fui a la cocina dónde siempre ella estaba 
- Ed, vamos de compras – me dijo mamá – anda a preparar tus cosas que dentro de un rato nos vamos – 
Fui corriendo a mi habitación y busqué la mochila pero Blue Gold me detuvo. 
- ¿Puedo ir, Ed? – me preguntó mi amigo – 
- Si, pero no entrarás en la mochila – le respondí 
Un aura brilló alrededor de él y se transformó en Gigimon y entró en la mochila perfectamente aunque pesara un poco.
Fui a la cocina y de ahí al auto rojo que mi mamá conducía.
Fuimos hacia Londres y nos metimos en un shopping. 

Shopping, Londres, Inglaterra 

Entramos en el shopping y fuimos al primer piso donde ahí había ropa para niños de mi edad y justo había disfraces. 
Entré al local de ropa. 
Agarré el primer disfraz de detective que había y me fui al probador. 
Blue Gold salió de mi mochila y se transformó en Guilmon. 
- A ver si te queda – le dije dándole el disfraz 
Mi amigo se lo puso no le quedaba nada mal, estaba en la medida justa. Solo faltaría un gorro grande de detective para taparle las orejas de murciélago. 
- Me gusta mucho, Ed – dijo muy feliz el dinosaurio amarillo 
Mi Guilmon amarillo se sacó el disfraz y me lo devolvió, y se transformó de nuevo en Gigimon metiéndose en mi mochila. 
Salí del probador y mi mamá lo pagó aprovechando de que había un 20% OFF en todas las partes del disfraz. 
Salimos del local. 
Mamá quiso aprovechar el momento para comprarse unas botas que tanto le encantaban en un local de zapatos para mujeres. 
Me fui a los juegos y vi a unos chicos de mi edad jugando a unas cartas. 
Me acerqué a ellos muy curioso. 
- ¿A qué juegan? – Les pregunté 
- A digimon – me respondió uno de los chicos poniendo una carta en el piso 
- Maté a tu guilmon, Rocky – respondió el otro chico 
- Ese guilmon es rojo, ¿existen amarillos? – pregunté por curiosidad 
- ¿Eh? Ese guilmon no existe, existe blackguilmon que es igual pero negro – me dijo el primero. – Pero existen un guilmon amarillo en el juego de Game Boy Advance “Digimon Battle” – sacó de su mochila una Game boy advance y su cartucho – Te lo presto 
Agarré la Game Boy y la puse en la mochila y me fui a buscar a mamá y finalmente me fui a casa. 
Casa de Edward, afueras de Londres, Inglaterra 
Subí a mi habitación y saque a Blue Gold y la Game Boy Advance prestada. 
Comencé a jugar al juego mientras mi amigo me miraba jugar. Elegí para jugar el guilmon amarillo. El juego era de pelea: tenías que matar a los enemigos para pasar al siguiente nivel y así desbloqueabas más de esos digimons. 
Me cansé y le dí la consola a Blue Gold para que jugara un rato y me dormí. 
Soñé que estaba en una gran mansión con mi amigo guilmon, que vestía el disfraz de detective y un oficial se nos acerca. 
- Parece que usted es un detective nuevo, que suerte de encontrarlo aquí – dijo el policía 
- Sí, señor oficial – dijo mi amigo detective –Mi nombre es Blue Gold hemos venido para resolver el caso, nuestro primer caso – 
-Bueno chicos, la escena del crimen es subiendo las escaleras a la derecha – dijo el policía señalando el camino 
- Bien. Vamos Ed – me gritó Blue Gold 
Fuimos al lugar dónde nos había indicado el policía. Íbamos por entrar a la habitación. Escuchamos un grito. Blue Gold puso su mano amarilla en la perilla. Todo se comenzó a distorsionar, mi amigo desapareció de lana da como una niebla. Escuché el grito otra vez. Me habían despertado. El sueño ha terminado.

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