lunes, 15 de agosto de 2011

Blue Gold. Capítulo 3: Primer caso

Blue Gold.
Capítulo 3: Primer caso
Casa de Edward, afueras de Londres, Inglaterra

Me desperté del sueño. 
- ¡Ed, Ed! – Gritaba Blue Gold - ¡Despierta, amigo! – 
Sus ojos azules brillaban con la luz del sol. 
- ¿Qué pasa? – pregunté al guilmon amarillo 
- Mira esto – respondió y prendió la TV. 
Mire la tele, era un canal de noticias. Había un señor ahí. Era sobre un asesinato en una mansión. 
- ¿Qué tal si vamos a investigar el caso? – me preguntó Blue Gold y fue a buscar el disfraz y se lo puso.
Blue Gold anotó la dirección de la mansión.
- Lo haría y no quiero que mamá te vea – respondí 
- Bueno, entonces trata de cubrirme – me dijo el guilmon 
Me cambié eligiendo algún conjunto que me gustara para la ocasión 
Fuimos al cuarto de papá y mamá a buscar las llaves del auto. Corrimos hasta el garaje. Por suerte nadie nos vio. 
Blue Gold se sentó al volante y yo en el asiento del acompañante. No sé como pero mi digimon sabía manejar el auto de papá. Fuimos hacia la mansión. 
Estacionamos el coche frente a la puerta. Había muchos oficiales ahí tratando de descifrar el crimen. Bajamos del coche y todos los policías comenzaron a mirarnos. 
Al ver el aspecto de mi compañero, los policías nos dejaron entrar. 
Entramos en la mansión y un oficial se nos acerca. 
- Parece que usted es un detective nuevo, que suerte de encontrarlo aquí – dijo el policía 
- Sí, señor oficial – dijo mi amigo detective –Mi nombre es Blue Gold y hemos venido para resolver el caso, nuestro primer caso – 
-Bueno chicos, la escena del crimen es subiendo las escaleras a la derecha – dijo el policía señalando el camino 
- Bien. Vamos Ed – me gritó Blue Gold 
Me quedé atónito. ¡Lo que sucedía era lo mismo que el sueño!
Avanzamos en el camino indicado y abrimos la puerta.
Sentimos un mal presentimiento en este lugar.
No había nada, estaba vacío, debimos habernos confundido de cuarto.
Avanzamos un poco y la puerta se cerró a nuestras espaldas.
Estábamos atrapados.
- ¡Ed, Ed, quiero salir! – gritó Blue Gold - ¡Llamá a los policías! –
Llamé a los oficiales. Nada, no contestaron.
¿Qué era esto? ¿Una broma del asesino? Yo no estaba listo para acertijos
De repente comenzó una alarma de policía y toda la habitación se puso roja como cuando suena la sirena pero no veía el origen del destello. Era como si viniera de la nada.
Miré a mi amigo, nunca lo vi tan cobarde. Estaba gritando y llorando como un niño. Siempre desde que lo conocí me imaginaba que iba a ser tan valiente como un héroe de historietas. Pero no, tenía claustrofobia.
Blue Gold venció su miedo a la claustrofobia, dejo de llorar y gritar y se puso a mi lado, atento a lo que viniera.
Una sombra surgió de la nada y comenzó a cobrar la forma de un fantasma negro de ojos y boca violeta.
El fantasma se acercó a nosotros con una sonrisa macabra y en vez de atacarnos un humo negro salió de él y se escabulló al techo despareciéndose.
En su lugar había un fantasma blanco y feo, me pareció que era uno de los digimons del juego prestado.
- Señor fantasma, ¿se encuentra bien? – Preguntó Blue Gold tan cortésmente al extraño fantasma blanco - ¿Usted es el asesino?
- No, el negro es el asesino y dejo sin rastro a la víctima – respondió el fantasma – Mi nombre es Bakemon pero llámenme Bake –
- Bien Señor Bake, entonces ¿cómo es posible que la víctima haya sido encontrada en el cuarto y ahora vemos que el cuarto está vacío? – Preguntó otra vez mi amigo detective mientras tomaba notas
- Seguro es una ilusión porque puedo ver cuando es ilusión o no – respondió el Bakemon
- ¿Cómo llegaste aquí? – preguntó mi guilmon otra vez
- Para ser sincero, fue por una niebla negra y me da la sensación que esa niebla esté apareciendo en otras partes del mundo – respondió el fantasma blanco – Si se terminara de aparecer, me temo que tú, digimon detective, desaparecerás de este mundo e iras con nosotros los digimons y con los otros de tu especie –
- Yo no sé nada de esas cosas señor Bake, yo nací en este mundo y pertenezco a éste – dijo Blue Gold muy seguro y sorprendido a la vez y se dirigió a mí – Hay que avisar a los oficiales de qué no encontramos nada y solo encontramos un fantasma parlante como los típicos del terror –
- Blue, hay que guardar el secreto de Bake, no es buena idea decir eso a los policías – dije algo asustado por el señor Bake – solo les avisamos que no hay nada, ¿ok? –
- Bueno, señor Bake lo dejaremos aquí por hoy – dijo Blue Gold dirigiéndose al señor Bake y se dirigió a mí – Vamos Ed, este caso es difícil de resolver, dejémoslo para otro momento.
- Si yo pudiera aportaré datos de este caso – dijo Bake y nosotros nos giramos – les ayudaré en lo que sea –
- Bueno, vámonos a casa – le dije a mi amigo y nos fuimos de la habitación
Avisamos a los policías de que no podíamos resolver el caso y que se lo dejara el trabajo a otro detective más experimentado.
Estábamos tan seguros de que íbamos a visitar muy seguido a nuestro nuevo amigo, el señor Bake. Se ha convertido en nuestro amigo de confianza. No se lo contaremos a nadie, solo un secreto entre Blue Gold y yo.

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